Es obvio que para conseguir una respuesta correcta hay que hacer la pregunta adecuada. Esto es imprescindible cuando hablamos con una IA generativa. Tendemos a hablar con ellas humanizando el lenguaje, incluso nos sentimos incómodos si no guardamos ciertas normas de cortesía y educación, sobre todo para personas de determinadas culturas para las que la educación es una forma de vida.
Por otra parte debemos ser conscientes de que una IA es bastante menos inteligente de lo que parece. Nos muestran todo lo que encuentran en la red sobre la pregunta que les hagamos pero no pueden discriminar si la información es cierta o falsa, están entrenadas con todo lo extraído de internet o grandes bases de datos sin que se trabaje en la calidad del dato. Aunque lingüísticamente su respuesta sea impecable, puede que no tenga sentido y, aún peor, que sea incorrecta porque haya bebido de fuentes no fiables de la Red. Hay que ayudarlas ofreciendo preguntas precisas y lo más detalladas posible si queremos obtener datos válidos.
Las empresas del IBEX se han dado cuenta de esto y están empezando a dar formación a sus empleados sobre la forma de interactuar con los asistentes personales ordenando y estructurando la pregunta y, sobre todo, a cuestionar y filtrar los resultados.
Aunque el 72% de las organizaciones mundiales aseguran que ya usan esta herramienta en al menos una función empresarial, según el informe El estado de la IA publicado por McKinsey a principios de 2024, tan solo el 11% de trabajadores internacionales (4% en España) reconocen estar preparados para el futuro, acorde con el estudio Global Workforce of the Future 2024, del Grupo Adecco.
Se está generalizando el uso de asistentes personales que se ocupan de tareas tediosas, proponen ideas o resuelven problemas técnicos. Una ayuda que genera ahorros de tiempo. Aunque, por ahora, no todas las compañías tienen claro a dónde redirigir el tiempo ganado con la ayuda de los chatbots en aras de una mayor productividad. Repsol está experimentando con Copilot Microsoft 365 en un grupo de 500 empleados. Lo aplica en tres ámbitos: eficiencia, calidad y experiencia. Para esto utiliza seis órdenes clave que ayudan a obtener buenos resultados de la IA.
- Pídale que actúe como una persona en un rol específico
- Aporta información relevante e incluye detalles
- Ponle límites cómo fechas, longitud de respuesta o estilo de lenguaje
- Transmitirle pasos detallados para que siga una estructura lógica al elaborar la respuesta cómo “Lee este documento, reflexiona sobre los elementos clave y crea una tabla comparativa”
- Aporta un modelo previo que le permita basarse en un formato o plantilla para darte la respuesta
- Trata de adelantar el resultado que se espera obtener con un ejemplo
Con estas pautas, Repsol ha logrado ahorros de tiempo de 121 minutos de media a la semana. Por tareas, el 84% de los empleados utilizaron la IA para buscar información; el 83% para resumir documentos; un 71% para extraer conclusiones; un 35% para mejorar la creatividad, y un 32% para planificar su día.
En Amadeus 10.000 empleados globales utilizan Copilot Microsoft 365 y Moveworks, que permite interactuar con su base de datos de conocimientos de tecnología para la resolución de problemas mediante un asistente virtual que se integra en Teams.
En el piloto realizado por Iberdrola ha destacado la velocidad registrada en las tareas cotidianas cómo la búsqueda y análisis de documentación donde se ha conseguido un 40% de ahorro de tiempo y un 33% en el resumen de documentación, correos e informes.
La experiencia en Grifols sobre una primera muestra de 300 empleados, revelan que un 15% de ellos utilizan esta herramienta cada vez para más tareas y un 40% hace un uso más esporádico. Para ellos es muy importante que el usuario sea consciente de revisar siempre los contenidos propuestos por la IA y que comprenda los límites de la tecnología. en esta empresa la IA se aplica para mejorar la competitividad en la transformación de procesos clave como la captación de donantes de plasma.
En la cervecera Damm se han instalado agentes en cada puesto de trabajo para potenciar el uso de la IA generativa. El empleado solo tiene que programar al nuevo ayudante para realizar tareas sin necesidad de desarrollador, por ejemplo para que haga una primera criba entre cientos de currículos para un proceso de selección. Esta comunidad comparte lo aprendido en una biblioteca de prompts evitando perder el tiempo sobre aspectos en los que ya han investigado otros.
Está claro que los asistentes personales ya están aquí y van a suponer un gran salto en la productividad y cambio en nuestra forma de trabajar. Aceptarlos y saber cómo interactuar con ellos va a ser imprescindible y marcará posiblemente el destino de muchas empresas y sus empleados.