Seymour Cray nació en Chippewa Falls el 28 de septiembre de 1925, y se graduó en ingeniería eléctrica y en matemáticas en la Universidad de Minnesota.
Durante los años 50 trabajó en Engineering Research Associates y en las compañías que la sucedieron, Remington Rand y Sperry Rand, donde fue uno de los principales responsables del diseño del ordenador UNIVAC 1103.
En 1957 fundó una nueva compañía junto con otros ingenieros llamada Control Data Corporation, y construyó el CDC 1604, uno de los primeros ordenadores comerciales que utilizaron transistores en lugar de tubos de vacío.
En 1962, Seymour Cray persuadió a uno de sus socios en Control Data Corporation, William Norris para crear un laboratorio donde investigar cómo diseñar el ordenador más potente de la época. En el año 1963, con su equipo de 30 colaboradores crearon el CDC 6600, que batió ampliamente en capacidad de cálculo y en coste al ordenador más potente de que disponía IBM en aquella época.
A finales de la década, Control Data sacó al mercado el modelo CDC 7600 que fue considerada la primera supercomputadora en sentido estricto y comenzó a perder interés en la supercomputación, Fue el momento en que Cray pensó en establecerse por su cuenta y fundó Cray Research. Esta empresa cambió el modelo de negocio, se dedicaría a construir exclusivamente supercomputadores y además bajo encargo. El primer producto salió de la factoría en 1976, el CRAY-1. Tuvo como destino el Laboratorio Nacional Los Álamos, y era único en su diseño ya que incorporaba el primer ejemplo práctico en funcionamiento de procesador vectorial, junto con el procesador escalar más rápido del momento, con una capacidad de 1 millón de palabras de 64 bits y un ciclo de 12,5 nanosegundos. Su coste se situaba en torno a los 10 millones de dólares.
En tres años, la compañía había vendido seis ordenadores CRAY-1, Seymour pensó que el diseño de ese sistema no era suficientemente revolucionario, y se comenzó con la evolución al CRAY-2 que sería entre 6 y 12 veces más rápido que su predecesor, disponía de 256 millones de palabras y 240.000 chips. Su empaquetamiento era tan ajustado que el calor generado por la electrónica podía fundir el ordenador, por lo cual su interior se encontraba inundado con líquido refrigerante CRAY-2 era en realidad un computador dentro de un acuario.
A mediados de los 80 Cray Research controlaba el 70% del mercado de la supercomputación, entonces Seymour perdió interés en el proyecto empresarial y cedió la presidencia y la responsabilidad del desarrollo tecnológico de la línea CRAY-2 a Steve Chen, que concibió y construyó los primeros multiprocesadores de la firma, conocidos como serie X-MP.
Seymour Cray inició entonces el diseño de una nueva serie, CRAY-3, cuyo procesador no se construiría sobre chips de silicio sino de GaAs. Su entrega, inicialmente prevista para el año 1988 sufrió sucesivos retrasos debido a los problemas que causaba la nueva tecnología GaAs, y el proyecto finalmente se canceló. Las condiciones del mercado hacían insostenible el esfuerzo inversor necesario para fabricar una supercomputadora que justificase su viabilidad comercial en términos coste/potencia, fundamentalmente debido a los progresos experimentados en las arquitecturas convencionales RISC y CISC.
Obcecado en sacar al mercado sus nuevas generaciones de ordenadores Cray, invirtió grandes sumas de dinero, lo que le llevó en 1995 a la bancarrota. Su empresa, Cray Research, fue adquirida ese mismo año por Silicon Graphics. En ese último empeño le sobrevino el fin de su vida, a consecuencia de un accidente automovilístico. A los 71 años de edad y todavía activo en los negocios, la investigación y la ingeniería.
Hay una serie de historias inusuales sobre su vida, uno de sus pasatiempos favoritos era excavar un túnel bajo su casa; atribuía el secreto de su éxito a las «visitas de elfos » mientras trabajaba en el túnel: «Mientras estoy cavando en el túnel, los elfos a menudo vienen a mí con soluciones a mi problema.»
Una historia cuenta que cuando la dirección le pidió a Cray que proporcionara planes detallados a un año y a cinco años para su próxima máquina, simplemente escribió:
«Objetivo a cinco años: Construir el mayor ordenador del mundo. Objetivo a un año: una quinta parte de lo anterior».
Y en otra ocasión, cuando se esperaba que escribiera un informe de estado detallado de varias páginas para los ejecutivos de la empresa, el informe de dos frases de Cray decía:
«La actividad avanza satisfactoriamente según lo previsto en el plan de junio. No ha habido cambios ni desviaciones significativas respecto al plan de junio».
El Premio de Ingeniería Informática Seymour Cray de la Sociedad de Computación del IEEE, reconoce las contribuciones innovadoras a los sistemas informáticos de alto rendimiento que ejemplifican el espíritu creativo de Cray.