TESS el buscador de exoplanetas, buscando casa en el espacio.

La NASA lanzó hoy desde la base de Cabo Cañaveral el satélite TESS (Satélite de Sondeo de Expolanetas en Tránsito), que analizará durante los próximos dos años alrededor de 20.000 exoplanetas, lo que supone una de las misiones más ambiciosas de la agencia. El satélite observará el 85% del cielo para encontrar planetas fuera de nuestro sistema solar y, más adelante, determinar si se dan las condiciones necesarias para que haya vida.

TESS va a estudiar un área 350 veces más grande que la que investigó Kepler, que finalizó su tarea con éxito en 2013, una vez en órbita, será sometido a pruebas y ajustes durante sesenta días antes de comenzar su misión de dos años.

A lo largo de su misión espacial, las cuatro cámaras de 16,8 megapíxeles de TESS tomarán imágenes de alta resolución que serán analizadas en la Tierra por expertos en busca de exoplanetas y otros objetos astrofísicos de interés. Las cámaras tomarán fotografías del mismo sector durante 27 días consecutivos, para ajustar su orientación y pasar la misma cantidad de días observando la siguiente porción del cielo a estudiar, y así sucesivamente. Durante ese periodo, TESS controlará el brillo de cada estrella visible en las cuatro cámaras cada 30 minutos.

Quince mil estrellas en cada sector, seleccionadas antes de su lanzamiento como candidatos principales para alojar exoplanetas, serán monitorizadas cada dos minutos, en total, llevará un año recolectar las imágenes necesarias para trazar un mapa de las 13 secciones del «cielo del sur» y otro año para examinar el «cielo del norte», según datos de la propia NASA.

Para conseguir su objetivo, TESS medirá la disminución de la luz de las estrellas cuando un planeta pasa por delante y causa bloqueo. La dimensión de este bloqueo,ayudará a determinar el tamaño de los exoplanetas y la distancia a su estrella central.

Gracias a las imágenes y datos recopilados por TESS, podremos calcular si el planeta analizado en cuestión se encuentra en la zona habitable de la estrella que orbita, es decir, si puede tener agua en la superficie y registrar una temperatura óptima para la vida.

A través de otros telescopios espaciales, como el James Webb, cuya puesta en órbita se prevé para el año 2020, los investigadores serán capaces de observar las atmósferas de esos exoplanetas investigados para determinar si puede haber vida extraterrestre en esos mundos o si pueden ser habitables y una opción de vida para colonizar en el futuro.

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