Lupe Hernández, estudiante de enfermería (Bakersfield, California). En 1966 se dio cuenta de que el alcohol en forma de gel podría ser la solución para aquellas personas que no tenían acceso a jabón y agua caliente.
Esto era lo normal en Bakersfield, su ciudad natal situada al norte de Los Ángeles y rodeada por las montañas de la Sierra Nevada y el Valle de San Joaquín. La principal actividad a mediados del siglo pasado de esa urbe, era la agricultura.
Lupe creó una solución con alcohol de entre el 60% y el 65%, un producto capaz de matar el 99.9% de las bacterias de las manos en 30 segundos.
Al ver la efectividad y el éxito a nivel local, sobretodo en los hospitales, Hernández optó por registrar su idea como patente.
El producto fue exclusivamente utilizado en los hospitales y clínicas y fue en 1988 que empezó a ser comercializado en establecimientos abiertos al público por empresas como Purell y Gojo.
Su uso de manera personal en el público se dio a raíz del brote de H1N1 de 2009.