«Juegos de guerra», mucho más temible de lo que proponía la película y el malo no es Joshua.

El gobierno de Estados Unidos está seriamente preocupado por el desarrollo militar chino de las tecnologías de «control mental» basadas en la creación de una biotecnología que incluye «supuestas armas de control mental».

No es nada nuevo, la desinformación y la manipulación de la información para desestabilizar al enemigo son armas antiguas y sobradamente conocidas para conseguir la supremacía económica, tecnológica y militar, a menudo por medios ilegales o cuestionables. La novedad es que en los últimos tiempos ha irrumpido la tenología en la ecuación, la velocidad y globalización con la que se transmite la información y la facilidad con la que se puede manipular, sumado a la credibilidad que se da a todo lo que aparece en nuestras pantallas hace que estemos ante un arma temible.

Parece ser que la Academia de Ciencias Médicas Militares de China y once de sus instituciones de investigación han estado involucradas en la investigación y apoyo a biotecnología, incluido el armamento de control mental, que el ejército chino pretende usar para obtener ventaja en el campo de batalla. Esto ha provocado que el departamento de Comercio de EEUU haya añadido 34 entidades con sede en China a su lista negra, bajo la acusación de «actuar de manera contraria a la política exterior o a los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos».

La UE contraataca a con un plan de sanciones para contrarrestar la influencia que ya tiene China en organismos internacionales a la hora de legislar sobre nuevas tecnologías que le permitan crear armas que faciliten «operaciones de control cognitivo».

El avance tecnológico está cambiando la naturaleza de la guerra con rapidez. Las potencias buscan disponer de un ejército mecanizado, interconectado, con capacidad para intercambiar información de manera rápida y efectiva y que integre capacidades avanzadas para analizar grandes cantidades de datos y ofrecer a sus fuerzas una ventaja cognitiva.

Según el último informe del Pentágono sobre las fuerzas armadas chinas, Pekín ha estado explorando conceptos operativos de próxima generación para guerra inteligente, como la guerra de desgaste por inteligencia de enjambre, la guerra móvil entre dominios, confrontación espacial basada en el inteligencia artificial y las operaciones de control cognitivo.

Inteligencia de enjambre es una rama de la inteligencia artificial que estudia el comportamiento colectivo de los sistemas descentralizados, autoorganizados, naturales o artificiales. El concepto se emplea en los trabajos sobre inteligencia artificial. La expresión fue introducida por Gerardo Beni y Wang Jing en 1989, en el contexto de los sistemas robóticos móviles.

La guerra entre dominos es la que se desarrolla usando los cinco dominios de combate; tierra, mar, aire, espacio y ciberespacio. Este concepto fue enunciado en 1995 dentro de las Operaciones de Información​ como una categoría de las operaciones de apoyo directas e indirectas a los Ejércitos de los Estados Unidos de América, un concepto asumido por los países aliados, la OTAN, y, en general, los ejércitos de todos los países.

Por otro lado el control cognitivo es la habilidad que permite a los seres humanos mantener centrado su comportamiento en la consecución de un objetivo. Las armas para manipular el control cognitivo actúan en función de los requerimientos de la situación (variables intermedias entre las necesidades y la percepción) con técnicas que permiten manipular y desviar la atención de las personas a voluntad hacia determinadas situaciones para ocultar los objetivos reales del atacante.

Este armamento busca subyugar a las fuerzas enemigas y reducir la cantidad de fuerza necesaria para derrotarlas. Estas armas desorientarían o confundirían a las fuerzas enemigas, convirtiéndolas en presas fáciles para las tropas atacantes.

La guerra del futuro utlizará tecnologías emergentes y disruptivas, inclusive la inteligencia artificial, la cuántica, biomedicina, sistemas autónomos y el cloud computing.

Esta guerra ya está en marcha, los ejércitos están tomando posiciones y los objetivos somos nosotros a través de la tecnología que utilizamos a diario y los contenidos que nos llegan a través de ellos, pronto estaremos todos con la cabeza envuelta en papel de aluminio 🙂 .

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