Pier Giorgio Perotto ( Turín, Italia, 24 de diciembre de 1930 – Génova, 23 de enero de 2002). Es conocido por ser el diseñador del primer ordenador personal, la Programma 101 por lo que Perotto recibió el premio Leonardo Da Vinci del Museo de Ciencias y Técnicas de Milán en 1991.
EL PRIMER ORDENADOR PERSONAL DEL MUNDO «LA PROGRAMMA 101»
En la primavera de 1962, el entonces presidente de la compañía italiana Olivetti Roberto Olivetti, dio instrucciones al ingeniero Pier Giorgio Perotto para iniciar el estudio de viabilidad de una calculadora electrónica que fuera capaz de automatizar una secuencia de instrucciones, que pudiera ser usada por un usuario no especializado, tuviera un precio razonable y unas dimensiones reducidas parecidas a las de una máquina de escribir.
Con estas pautas Pier Giorgio Perotto ideó una máquina pequeña, con memoria, fácil de usar y programable mediante un lenguaje sencillo para que cualquier persona pudiera programarla, básicamente Pier Giorgio creó un ordenador personal.
El equipo de Perotto estaba compuesto por cuatro hombres más; Gastone Garziera, Giovanni De Sandre, Giancarlo Toppi y Giuliano Gaiti.
Además de la La Programma 101, Pier Giorgio Perotto ideó la tarjeta magnética que precedió al disco.
«La Programma 101» debía estar encima de una mesa, en un entorno de oficina o incluso en un hogar por lo que no podía tener un aspecto descuidado así que se invirtió tiempo en su diseño, el resultado fue una auténtica pieza de museo.
Tenía 3 teclados, numérico, operaciones y acceso a memoria. Puesto qeu carecía de pantalla, los resultados se visualizaban a través de una micro-impresora integrada parecida a las de un terminal de punto de venta de hoy en día. Para saber cuando estaba procesando y cuando estaba disponible para recibir instrucciones disponía de dos luces. La programación podía guardarse en unas tarjetas magnéticas precursoras de lo que serían luego las disqueteras.
Los ingenieros del equipo de Georgio no disponían de ninguna referencia en la que inspirarse, por aquel entonces un ordenador era una serie de salas repletas de componentes de IBM. Para empezar, la «memoria» de los ordenadores de la época eran dispositivos gigantescos y ruidosos, por lo que los ingenieros desarrollaron un nuevo sistema llamado línea magnetoestrictiva radicalmente diferente.
A partir de estas soluciones tecnológicas novedosas, Olivetti trabajó a fondo en la usabilidad, crearon un lenguaje de programación propio que debía ser entendible por una persona cualquiera. El manual de instrucciones de la Programma 101 es un auténtico prodigio que permitía usar el ordenador incluso a un niño. Obviamente, cuanto más sencillo debía ser para el usuario, más difícil era para los ingenieros.
PRESENTACIÓN
El producto se presentó en la exposición universal de Nueva York donde toda la exposición gira en torno a las grandes computadoras. La Programma 101 ocupaba un papel secundario para Olivetti que estaba más interesada en dar a conocer su nueva calculadora mecánica estrella, así que se presentó como un avance de lo que Olivetti podría llegar a hacer.
Sin embargo, la Programma 101 rápidamente eclipsa a todo lo que la rodea. Se hacen demostraciones de cómo puede calcular la órbita de un satélite en 2 segundos. La gente se siente fascinada por aquella máquina capaz de hacer cálculos programados complejos y que podía verse y tocarse, tenerla encima de una mesa.
Los asistentes vieron lo que los directivos de Olivetti no habían visto: había nacido una nueva categoría de producto, el ordenador personal, 15 años antes de que Steve Jobs y Bill Gates empezasen sus aventuras empresariales.
FUNCIONAMIENTO
La Programma 101 es capaz de calcular las cuatro funciones aritméticas básicas, suma, resta, multiplicación y división. Además puede calcular la raíz cuadrada, valor absoluto y parte fraccionaria.
Es capaz de limpiar, transferir, intercambiar y detener una entrada. Tiene 16 instrucciones de salto y 16 instrucciones condicionales de salto. Hay 32 etiquetas disponibles como destino para las 32 instrucciones de salto y/o las cuatro teclas de inicio (V, W, Y, Z). Cada registro contiene una serie de 22 dígitos con signo y punto decimal.
Su memoria consiste en 10 registros: tres para operaciones (M, A, R); dos para almacenamiento (B, C); tres para almacenamiento y/o programar (asignable según se necesite: D, E, F); y dos para programar solamente (p1, p2). Cinco de los registros (B, C, D, E, F) pueden ser subdivididos en medios registros, conteniendo números de 11 dígitos con signo y punto decimal. Cuando se usa en programación, cada registro completo guarda 24 instrucciones.
Los programas y los resultados se imprimen en un rollo de cinta de papel similar al de una calculadora o una caja registradora.
La programación era similar al lenguaje ensamblador, pero simple, ya que había menos opciones. Dirigía el intercambio entre los registros de la memoria y los registros de cálculo y las operaciones en los registros.
Los programas almacenados podían ser grabados en las tarjetas de plástico de aproximadamente 10 cm x 20 cm que tenían una capa magnética en un lado y una superficie para escribir en el otro. Cada tarjeta podía ser grabada en dos franjas, lo que le permitía almacenar dos programas.
Utilizaba transistores y diodos, montados en tarjetas de circuito impreso de resina fenólica. Para guardar los registros usaba una memoria de retardo acústica de alambre, con un retardo de 2,2 milisegundos, continuamente se enviaban los bits por el alambre, y con un contador y un reloj se conseguía recuperar el dato que se necesitaba en cada momento. Esta memoria era muy sencilla y bastante fiable, aunque funcionaba mejor una vez se calentaba la máquina, ya que el alambre podía sufrir pequeñas dilataciones.
UN NUEVO PRODUCTO PARA TODOS
La Programma 101 llegó a numerosos ámbitos donde nunca antes se había conocido el uso de ordenadores como es el caso, entre otros, de la medicina, pequeñas empresas, estudiantes, ingenieros, arquitectos, topógrafos e incluso llegó a introducirse dentro de la vida cotidiana de las personas.
Otro uso que se le dio a la Programma 101 fue en la planificación de operaciones bélicas en la Guerra de Vietnam por parte de las fuerzas aéreas norteamericanas, más concretamente para calcular coordenadas en los bombardeos dirigidos desde tierra del B-52 Stratofortress.
La agencia espacial norteamericana NASA compró en 1966 más de 10 unidades que utilizó en la elección de puntos de aterrizaje y en el cálculo de las maniobras de alunizaje de la misión Apolo 11 que en julio de 1969 llevó al hombre a la luna por primera vez.
Si Pier Giorgio Perotto hubiera nacido en Estados Unidos, Alemania o el Reino Unido tal vez os sonara su nombre, pero no fue así, nacer en Turin y trabajar en Olivetti no parece ser un buen escaparate.