Los datos procedentes de una app para deportistas llamada Strava a través de la interpretación de los patrones GPS de los entrenamientos de sus usuarios han puesto al descubierto la ubicación de varias bases del ejército de Estados Unidos en países tan sensibles como Somalia, Siria y Afganistán.
El pasado mes de noviembre, Strava, publicó un mapa global, conocido como Global Heat Map, en el que muestra las rutas más frecuentes de sus usuarios que hacen ejercicio y emplean pulseras que monitorizan la actividad, como Fitbit o Jawbone.
Los datos no se muestran en el mapa en tiempo real, sino que aparece una media a lo largo de dos años y hasta septiembre de 2017, pero la intensa actividad en zonas no habitadas de Oriente Próximo y África se ha relacionado con el uso por parte de los soldados estadounidenses desplegados en bases militares.
Un estudiante australiano de 20 años llamado Nathan Ruser fue el primero en advertir el intenso uso de Strava en zonas despobladas de Siria y Afganistán donde se emplazan bases militares de Estados Unidos, así como otras en Turquía y Rusia, que pueden pertenecer a los ejércitos locales.
El uso de las pulseras Fitbit en el ejército de Estados Unidos se ha fomentado con el reparto de estos dispositivos entre sus soldados para evitar problemas de obesidad. Strava dispone de un modo privado que no comparte los datos GPS del usuario cuando lleva a cabo el ejercicio y ha remarcado en un comunicado que sus datos «excluyen las actividades marcadas como privadas y las zonas de privacidad seleccionadas», por lo que puede ser una mala configuración por parte de los soldados que las utilizan. De todas formas el ejercito de Estados Unidos está investigando sobre este tema.