Viendo a una persona en la calle hablar con Siri en el móvil empecé a darle vueltas a la cabeza jugando a predecir donde nos llevará la aplicación de la inteligencia artificial en nuestra vida cotidiana, os expongo aquí hasta donde llega mi imaginación. Lo que pienso que, siendo realista, dará de si en los próximos años sin ir a la ciencia ficción.
Es claro que los procesadores se están adueñando de los dispositivos mecánicos de nuestro día a día, vehículos, relojes, casas, etc… cada vez más digitales e interconectados. También que la inteligencia artificial, aunque de forma rudimentaria todavía, ha entrado con fuerza a manejar esos gatchets e interactuar con nosotros, ya lejos del ratón y teclado, de forma humana y natural con la voz. Esto «personaliza» el trato que le damos a los aparatos, no es necesario un robot humanoide que vaya por la casa dispuesto a servirnos con su cara de cartón. La casa entera, a través de un asistente virtual al que podemos pedir nuestros deseos de viva voz, está a nuestra disposición. Igualmente el coche o la nevera, ese asistente pronto verá la luz, sino, al tiempo.
Imaginad un amigo invisible al que podemos pedir lo que sea que necesitemos, desde que vaya arrancando el coche, grabe nuestros pensamientos, haga la compra on-line en el supermercado de la esquina o ponga la calefacción en casa antes de que lleguemos. Mucho de esto es ya una realidad, solo falta integrarlo en un sistema operativo universal capaz de manejar el conjunto.
Imaginad ya puestos, que es totalmente configurable. Voz, sexo, personalidad. Que parametricemos cómo queremos que interactue con nosotros, ¿cómo un amigo, un empleado, algo más cercano tal vez?. Que aprenda de nuestros gustos y rutinas anticipando nuestras necesidades, que sea ubicuo, es decir, al que podamos acceder a través del móvil, o de nuestro reloj, que esté en casa a través de la domótica o en el coche a través del multimedia. Un asistente 24 horas, siempre disponible, a través del cual podemos manejar todo nuestro entorno. No hará falta siquiera disponer de un entorno de hardware complejo, nuestro sirviente vivirá en la nube, una conexión a intetrnet y un software que instalemos en los diferentes dispositivos pueden darle vida allá donde vayamos.
Hemos pasado de las ayudas en la conducción, control de tracción, aparcamiento automático, lectores de carretera, GPS, etc… a la conducción automática, pronto subiremos a vehículos que no tendrán ni volante siquiera, tal vez un pequeño joystick por si acaso, y le diremos llévame al curro y nos llevará mientras vemos las noticias en un periódico digital.
Todo esto no es una sorpresa ¿no? prácticamente ya existe todo y lo usamos y vemos con cierta naturalidad, solo le falta un ajuste fino y un poco de tunning. Falta el nexo de unión, el sistema operativo universal por el que todas las empresas están luchando, ese software inteligente que lo maneje todo … ¿a que me suena esto? un anillo único para controlarlos a todos … puede que por ahí vayan los tiros, tal vez no haya que luchar por ser el SO definitivo, tal vez hay que dejar que cada aparato tenga su software, IOS, Microsoft, Android, … y crear un software que los comprenda, interprete y maneje a todos …. jo, se me está pirando la pinza, ahí lo dejo.
En fin, cuando eso esté solucionado veremos que todo fluye, que los avances en este sector son tantos y tan rápidos que cambiaran nuestra forma de interactuar con todo. Con los demás, con el trabajo, con el deporte, la medicina, la política, los viajes … terminará por desaparecer el papel y poco a poco se recuperarán las selvas y bosques esquilmados (a no ser que tengan otro interés para nosotros como construir campos de golf o urbanizar a tutiplen). Los ordenadores serán tan diferentes que se modificarán los espacios de trabajo, tal vez ni sean necesarios porque podremos «estar» con quien queramos desde donde queramos gracias a las videoconferencias 360º al más puro estilo Starwars. Un cirujano podrá, asistido por su «cirujano personal 4.0» operar desde su casa en Miami a un paciente en Berlín manejando un robot de precisión.
Podremos visitar en VR cualquier sitio del mundo con tal calidad que realmente «estaremos allí», igualmente los eventos deportivos, ya podemos seguir en primera fila partidos de la NBA en 180º sin llevarnos un pelotazo en la cara, poco falta para «ir» en la moto de nuestro piloto favorito o seguir un partido de fútbol desde la cámara instalada en la camiseta del jugador que queramos.
Volviendo a lo que nos ocupa, tal vez nuestro asistente personal termine conectando con los asistentes personales de otras personas, nuestro jefe, compañeros, proveedores, clientes en principio. Familia, amigos o pareja tal vez después. Concertará citas, hará pedidos, resolverá problemas, organizará y mantendrá nuestras redes sociales con las imágenes que marquemos en nuestro móvil … Todo lo que sea posible gestionar de forma mecánica una vez «enseñado» sin intervención humana.
Tal vez esto haga que, todavía más, nos distanciemos, nos aislemos, desaparezcamos y nos extingamos definitivamente. Aún así, desaparecida la humanidad, todo el sistema continuará ya que lo hemos hecho autónomo, nuestras redes sociales seguirán actualizadas aun cuando nosotros no estemos, los vehículos circularan, los aviones y trenes saldrán y llegarán puntuales…. No las máquinas, el sistema distribuido residente en la nube, ese limbo digital intangible, será la siguiente especie que resida en nuestro planeta.
Uff, al final si me he ido un poco arriba y llevado esto a la ciencia ficción y a la total extinción humana, en fin, ni caso, yo sigo dando vueltas a esto, si os aburrís intentarlo también, a lo mejor se os ocurre algo que os haga ricos.