Juan de la Cierva (1895 – 1936)

Juan de la Cierva Codorníu era hijo del abogado criminalista, político y empresario Juan de la Cierva y Peñafiel ( llegó a ser ministro en varias ocasiones y alcalde de Murcia), y de María Codorníu Bosch.

Desde su infancia destacó su interés por el mundo de la aviación, y junto a su amigo Tomás de Martín-Barbadillo construyó pequeños modelos capaces de volar.

Al estallar la guerra civil, De la Cierva ayudó a las fuerzas sublevadas para que éstas consiguieran el avión De Havilland DH.89 Dragon Rapide. En este avión, el general Franco voló desde Gran Canaria a Tetuán en el Marruecos español, para tomar el mando del ejército del norte de África.

Nunca se ha confirmado si Juan de la Cierva era conocedor del destino del avión.

Junto a José Barcala y Pablo Díaz hijo de un carpintero, fundó la sociedad B.C.D. (iniciales de los tres apellidos de los socios). B.C.D fue pionera en el desarrollo aeronáutico dentro de España. En 1912 (dieciséis años), Juan de la Cierva logró construir y hacer volar un avión biplano llamado BCD-1,6​ (el Cangrejo), con piloto y pasajero a bordo.

Juan de la Cierva construyó en Madrid en 1920 su primer autogiro, el Cierva C.1. Utilizó fuselaje, ruedas y estabilizador vertical de un monoplano francés Deperdussin de 1911 sobre el que montó dos rotores de cuatro palas contra rotatorios coronados por una superficie vertical destinada a proporcionar control lateral.

Estaba impulsado por un motor Le Rhône de 60 CV.

El aparato no llegó a volar. El rotor inferior giraba a menos velocidad de la prevista, y el efecto giroscópico y la asimetría hicieron que volcara.

El C.2 y el C.3, en las que el inventor intentó resolver el problema de la diferencia de sustentación entre la pala que avanza y la que retrocede fueron también un fracaso.

El problema de la sustentación del rotor no se resolvería hasta el prototipo C.4, en el que La Cierva incluyó su revolucionaria idea de articular las palas del rotor en su raíz.

En el modelo C.4 (1922) de la Cierva realizó una completa serie de ensayos en el túnel de viento de circuito cerrado del aeródromo de Cuatro Vientos (Emilio Herrera). Se probó con exito en enero de 1923 en el aeródromo de Getafe pilotado por el teniente Alejandro Gómez Spencer.

La prueba consistió únicamente en un salto de 183 metros, demostró la validez del concepto.

A finales del mes, el C.4 recorrió en cuatro minutos un circuito cerrado de 4 km en el aeródromo de Cuatro Vientos, a una altura de unos 30 metros impulsado por un motor Le Rhône 9Ja de 110 CV.

A partir de ese momento, La Cierva, que había financiado a sus expensas sus experimentos anteriores, contó para sus trabajos con una subvención del gobierno español.

En 1926, con el apoyo financiero de James George Weir, industrial y aviador escocés, creó en el Reino Unido la sociedad Cierva Autogiro Company para el desarrollo del autogiro, produciendo varios modelos en ese país.

Falleció el 9 de diciembre de 1936 con cuarenta y un años de edad, al estrellarse en el despegue, en el aeropuerto de Croydon, el Douglas DC-2 de KLM en vuelo regular Londres-Ámsterdam en el que viajaba.

En 1954 le fue otorgado, con carácter póstumo, el título de conde de la Cierva

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