Las tres leyes de la robótica son un conjunto de normas elaboradas por el escritor Isaac Asimov.
Para Asimov las leyes son «formulaciones matemáticas impresas en los senderos positrónicos del cerebro de los robots«. Traducido a hoy en día son líneas de código del programa que regula el funcionamiento de una máquina guardado en la memoria principal de la misma.
Las tres leyes fueron formuladas por primera vez en el relato «Círculo vicioso» en 1942 y establecen lo siguiente:
- Un robot no hará daño a un ser humano o, por inacción, permitirá que un ser humano sufra daño.
- Un robot debe cumplir las órdenes dadas por los seres humanos, a excepción de aquellas que entrasen en conflicto con la primera ley.
- Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera o con la segunda ley.
Estas tres leyes fueron un comienzo de regulación de algo que por entonces solo era Ciencia Ficción. Ya veía entonces el autor de la necesidad de crear controles y procedimientos de uso para máquinas que pudieran ser inteligentes y autónomas en algún momento futuro.
Asimov atribuye las tres leyes a John W. Campbell, que las habría redactado durante una conversación sostenida el 23 de diciembre de 1940. Sin embargo, Campbell sostiene que Asimov ya las tenía pensadas, y que simplemente las expresaron entre los dos de una manera más formal.
Según el propio Asimov, la concepción de las leyes de la robótica quería contrarrestar un temor que el ser humano desarrollaría frente a unas máquinas que hipotéticamente pudieran rebelarse y alzarse contra sus creadores.
La Unión Europea, de acuerdo con el marco que proyecta la transformación digital y la evolución de la Inteligencia Artificial, ha decidido ir un poco más allá y hay diversos organismos que están trabajando en la edición de estas leyes universales para el control de los robots y sistemas inteligentes.
Para la UE la primera ley de Asimov es inamovible: ningún robot podrá dañar a un ser humano, aunque la enuncia de una forma más pragmática.
Veamos cuales son las leyes propuestas de momento:
- Los robots no deben ser diseñados exclusivamente o principalmente para matar o dañar a los humanos.
- Los seres humanos, no los robots, son los agentes responsables. Los robots son herramientas diseñados para lograr los objetivos humanos.
- Los robots deben ser diseñados de forma que aseguren su protección y seguridad.
- Los robots son objetos, no deben ser diseñados para aprovecharse de los usuarios vulnerables al evocar una respuesta emocional o dependencia. Siempre debe ser posible distinguir a un robot de un ser humano.
- Siempre debe ser posible averiguar quién es el responsable legal de un robot.
Hay algunas propuesta más sobre la mesa. En 2011, el Consejo de Investigación y Ciencias Físicas y el Consejo de Investigación de Artes y Humanidades de Gran Bretaña publicaron cinco principios éticos que deberían seguir tanto los fabricantes como los usuarios.
- Estará prohibido establecer vínculos emocionales con ellos.
- Los robots necesitarán un seguro obligatorio, tal y como ya ocurre con los vehículos o con otras maquinarias pesadas de uso industrial.
- Los robots tendrán derechos y obligaciones.
- Los robots estarán obligados a tener un interruptor de emergencia, de tal manera que puedan ser desconectados fácilmente en caso de que se requiera esa acción.
- Los robots pagarán impuestos para mitigar su impacto en el ámbito laboral, y ante la posibilidad de que aumente el desempleo en algunos sectores.
Laproximidad del 5G y el Iot y la implantación masiva de la inteligencia artificial en todas las máquinas con las que interactuamos en el orden público, laboral y social supone un salto tecnológico solo comparable con lo que implicó en su tiempo la Revolución Industrial.
Cualquier tecnología tiene beneficios y riesgos. Cuando hablamos de inteligencia artificial, hablamos de beneficios y/o riesgos desconocidos hoy en día y que afectan al ámbito laboral, personal, social y de relacióncon las instituciones. En un mundo global, estos riesgos no entiende de fronteras, ideas políticas, corporaciones, razas o estatus social.
La Comisión Europea publicó un ‘Libro Blanco sobre inteligencia artificial’, junto con una estrategia digital.
En el Parlamento Europeo, se han venido desarrollando también iniciativas en este ámbito, y el Comité de Asuntos Jurídicos encargó la primera iniciativa legislativa europea sobre ‘Aspectos éticos sobre inteligencia artificial, robótica e industrias análogas’.
El objetivo principal de esta norma es que el desarrollo de este marco regulatorio sea participado por toda la ciudadanía, especialmente por aquellas personas y colectivos más implicados o afectados.
En este texto se establecen obligaciones exigentes en materia de transparencia y rendición de cuentas para los diseñadores, operadores y usuarios de inteligencia artificial. También se recogen obligaciones de comportamiento cívico para los usuarios y la necesaria protección que los mismos tienen en cuanto utilicen estas tecnologías de acuerdo a la buena fe.
La UE quiere ser pionera en el establecimiento legal de un umbral ético que proteja a la ciudadanía europea de las posibles adversidades y a la vez provea de un valor añadido de confianza a la inteligencia artificial europea en el mundo.
Una normativa inspirada por una aproximación humanística en el desarrollo tecnológico consecuente con nuestros principios y valores europeos, reflejados en la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea.
Esta regulación no solo se aplicará a la inteligencia artificial desarrollada en Europa, será una norma obligatoria para todo aquel que pretenda operar en la Unión con esta tecnología.
Para la UE, es primordial que esta leyes eviten la discriminación en la fórmula de toma de decisiones y aprovechar la potencia de cambio de estas tecnologías para avanzar en una sociedad más justa y más sostenible medioambientalmente.
El marco debe a su vez ser suficientemente flexible para poder acoger los avances en una realidad extremadamente cambiante.
La UE también regula una cuestión tan delicada para los derechos individuales como las técnicas de reconocimiento remoto y la protección de los datos personales. Establece un marco material y temporal muy estricto para que se puedan utilizar por los poderes públicos excepcional mente en caso de grandes emergencias (como la crisis del covid-19 actual)