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Las carreras de letras se incorporan a la tecnología

Filólogos y traductores son perfiles cada vez más necesarios para desarrollar asistentes virtuales, ‘chatbots’ y otras tecnologías que procesan el lenguaje natural por medio de la inteligencia artificial

Los asistentes virtuales no son solo fruto del trabajo de ingenieros e informáticos. Cualquier herramienta inteligente basada en la interacción entre usuario y máquina por medio del lenguaje humano oral o escrito, funciona también gracias la lingüística computacional.

Especialistas en inteligencia artificial, big data y otras ramas de la ingeniería trabajan codo a codo con filólogos y traductores que aportan competencias específicas. Estas competencias permiten manejar y transmitir a las máquinas aspectos del lenguaje complejos y difícilmente reproducibles en código de programación, como el entendimiento de una emoción o un contexto.

Esto permite identificar, por ejemplo, la diferencia entre un cumplido y una ofensa o entre una broma y un reproche.

Cada vez más empresas e instituciones se dan cuenta de estos perfiles en sus equipos son de vital importancia.

Hoy en día, la lingüística computacional está abriendo nuevas oportunidades de inserción laboral para recién licenciados en carreras de letras, y lo hace el el ámbito más puntero de la tecnología.

Una de estas labores de estos perfiles es el entrenamiento de los algoritmos que rigen el funcionamiento de los asistentes vocales. Con su trabajo hacen que reconozcan cada vez más frases y sean capaces de identificar respuestas correctas. También participan en el diseño de chatbots o la categorización de los recursos lingüísticos, es decir, las partes de las que se compone un discurso, como verbos y adjetivos, de forma que los ordenadores puedan detectarlos y sepan captar su estructura y sentido.

Los linguistas crean así conjuntos de textos explotables para sacar información estadística valiosa si se da a las máquinas las reglas para entenderlos, por ejemplo la narrativa clínica que recopilan los médicos sobre determinados casos.

Hoy en día estos profesionales se forman de manera autodidacta, no existen demasiados cursos específicos para estos perfiles, pero cada vez las universidades van incorporándolo en su catálogo.

El futuro laboral de estos alumnos está asegurado, los campos aparte de la lingüística computacional que desarrolla agentes conversacionales (chatbots) las posibilidades pueden ser aún mayores en las editoriales interesadas en la conversión digital de sus productos o en empresas dedicadas a la creación y diseño de materiales para la enseñanza online, la investigación literaria, artística e histórica, museología, etc…

La mezcla de lingüistas computacionales con ingenieros e informáticos es un aspecto enriquecedor, porque une dos mundos que hasta ahora estaban claramente separados. Dos formas de pensar y ver el mundo distintas que tienen que colaborar para conseguir un resultado.

La lingüística computacional es un sector que puede abrir a las mujeres una puerta de acceso a la tecnología, un sector muy masculinizado.

La presencia de mujeres es cada vez más relevante y eso significa que harán hablar a las máquinas, al software y a la inteligencia artificial en femenino.

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